Un día habrá que hacer recuento de los años que llevan nuestras mochilas familiares viajando a las casas y descubriremos  la cantidad de hogares en los que han entrado y cuántas familias han disfrutado con ellas. Alumnos y alumnas que han compartido esos cuentos estarán ahora ya en la universidad o trabajando o viajando o buscando su lugar en el mundo. Quizás, solo quizás, algún día se acuerden de esos instantes que las mochilas les brindaron desde el colegio y descubran que les  facilitaron  momentos familiares de «estar ahí», mirarse a los ojos y compartir  emociones, aventuras, miradas y cuentos entre padres e hijos. 

Este curso vuelven a viajar, esta vez cargadas de cuentos populares y clásicos, además de cómic, de libros de conocimientos y libros en inglés.

Este año más que nunca os pedimos que los cuentos populares los contéis los adultos, da igual la edad de vuestros hijos e hijas, contad, contadles los cuentos sea cual sea su edad. ¿A quién no le gusta escuchar una buena historia y más si es contada por su padre o su madre? 

La escucha activa y atenta de los cuentos ayuda a organizar las mentes, a estructurar ideas, a crear criterios y valores, a discernir lo que se quiere y lo que no, a llenar la mente de nuevas palabras, de nuevos saberes, a imaginar, a crear y a pensar. 

Por todo esto, leámosles, sea la edad que sea, para que más tarde ellos y ellas se conviertan a su vez en contadores y en lectores de historias.

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