Qué difícil despedirnos cuando faltan las palabras para expresar lo que sentimos.
Te esperábamos pronto, cuando ya estuvieran cerca los carnavales, pero no pudo ser.
Esta despedida tendría que haber sido con vino, cava y unas risas porque llegaba tu jubilación, pero no pudo ser.
Querríamos haberte dicho otra clase de adiós, pero no pudo ser.
La vida es intensa, frágil, delicada y violenta a la vez, nos enseña que nos puede ofrecer lo más bello y lo más triste al mismo tiempo.
Como dice la canción, algo se parte en el alma cuando un compañero se va. Por suerte, tenemos la fortuna de trabajar en la profesión más bonita y sanadora del mundo junto a la mejor medicina, que son los niños.
Allá donde estés, seguro que te llega nuestro cálido, grande, y sentido abrazo.
Hasta siempre Chon.