Hojas del árbol caídas
juguetes del viento son.
José de Espronceda
Este pequeño fragmento de un poema de Espronceda resume la actividad que realizamos por niveles en infantil. Con mucha ilusión salimos en diferentes días los tres niveles hasta el parque de La Azucarera, allí pudimos escuchar el sonido de las hojas al ser mecidas por el viento, escuchamos pájaros que se escondían temerosos de tanto sonido infantil, hicimos crujir las hojas bajo nuestros pies, nuestros ojos pudieron comprobar que la naturaleza nos regala los más bellos colores que existen, que cuando hablamos de marrón podemos descubrir muchas tonalidades de ese mismo color.
Las hojas, durante esa mañana fueron nuestros juguetes, haciéndolas volar, fueron nuestras camas, tumbándonos sobre ellas, fueron nuestro escondite, enterrándonos en ellas y fueron nuestro tesoro, llenando bolsas de hojas para poder llevarlas a clase.
Recordamos que algo tan sencillo como un paseo se puede convertir en una gran experiencia de la que nuestros niños y niñas van a aprender de forma compartida.