¡Y por fin llegó el día tan esperado!
¡Nos íbamos de excursión a Albalate, a la Granja Escuela “Animalate”.
Puntualísimos llegamos a la estación de autobuses y a la hora prevista estábamos en la Granja Escuela. Allí nos estaban esperando Yaiza y su equipo para hacernos pasar un día inolvidable.
Nos dividimos en 3 equipos y empezamos las actividades. Unos comenzamos dando un paseo por las diferentes partes de la Granja donde viven los animales de “Animalate”. Descubrimos alpacas, ponys, una familia de wallabis (la mamá llevaba en su bolsa un wallabito pero se asustó por nuestros gritos de entusiasmo y se escondió en su casita), perros, gatos, emús y sus huevos verdes, cabras (Yaiza sacó y nos siguieron durante todo el recorrido), muchos tipos de gallinas (sedosas, japónicas, araucanas…, y sus huevos de muchos colores). Diferentes pájaros en unas pajareras enormes en las que pudimos entrar y ver sus nidos y sus polluelos (ninfas, periquitos, diamantes, agapornis, palomas colipavas y otros muchos que nos acordamos de los nombres). También pudimos ver y acariciar unas tortugas de tierra y otras de agua, además de muchos peces de colores.
Después del primer taller nos aseamos y comimos nuestros almuerzos. El siguiente taller consistía en buscar piedras, palos y otros elementos de la naturaleza y montar diferentes animales en el suelo con ellos. Jugamos a adivinar los sonidos con unas fotografías que nos enseñaba Cristina. Le demostramos que sabíamos la voz de muchos de ellos, aunque alguno se nos escapó.
El último taller lo hicimos con la mamá de Yaiza y su ayudante que ahora no nos acordamos del nombre. Teníamos que afieltrar la fibra de las alpacas con agua templada y jabón. ¿Sabéis que la fibra es carísima? ¡Y super suave! Teníamos fibra de tres colores: negra, blanca y marrón. Cada uno hizo su bola y le puso ojitos. Nos quedaron muy bonitas y nos las llevamos en nuestras mochilas para casa.
Después, ¡a comer! Cada uno pudo disfrutar con lo que con tanto cariño habíais puesto en nuestras mochilas para que recuperáramos fuerzas. Estaba todo delicioso. Al terminar, tuvimos un ratito de tiempo libre y jugamos a algunos juegos como “Un, dos, tres, chocolate inglés” y “A la zapatilla por detrás”.
Y llegó la hora de volver a casa. Nos despedimos de los animalitos y de Yaiza y su mamá asegurando que pronto volveríamos a vernos.
Gracias papá y mamá por dejarme disfrutar de este magnífico día en compañía de mis amigos y de mis señoritas.
Gracias familias por confiarnos a vuestros pequeños tesoros y haber podido pasar juntos esta experiencia tan fabulosa.
¡Hasta la próxima!