En 2020 se celebra el centenario del nacimiento del gran escritor, pedagogo y maestro que fue Gianni Rodari. Además, el 14 de abril se cumplieron 40 años de su muerte. Por todo ello, desde nuestro colegio, queremos recordar con todo nuestro cariño y agradecimiento a este autor, experto en fantasía e imaginación y un imprescindible en el panorama literario infantil.
Rodari afirmaba que la literatura ayuda, en la niñez, a crecer y a avanzar en la vida; pero también que, en estas edades, tiene que combinarse con juego e imaginación.
Fue el creador del binomio fantástico, que consiste en crear historias fantásticas y originales a partir de dos palabras que, en el uso cotidiano, no suelen relacionarse. Esta técnica nos sigue siendo muy útil en la actualidad.
¿Qué pasa si juntamos a Caperucita con un helicóptero?, ¿o un árbol y una chaqueta? Seguro que de esta combinación surgirán historias increíbles en la imaginación de un peque.
Rodari, al igual que los docentes, creía que, en la infancia, la fantasía y lo cotidiano deben ir de la mano en el proceso de enseñanza/ aprendizaje.
Gramática de la fantasía y Cuentos por teléfono son dos de sus libros más conocidos e imprescindibles para cualquier educador que ame la literatura.
En el libro Cuentos por teléfono, el escritor hace una genial introducción a sus cuentos cortos que, a continuación, reproducimos:
«Érase una vez… el señor Bianchi, de Varese. Su profesión de viajante de comercio le obligaba a viajar durante seis días a la semana, recorriendo toda Italia, al este, al oeste, al norte, al sur y al cetro, vendiendo productos medicinales. El domingo regresaba a su casa y el lunes por la mañana volvía a partir. Pero antes de marcharse, su hija le recordaba:
–Ya sabes, papá: un cuento cada noche.
(—) Y así cada noche, estuviera donde estuviese, el señor Bianchi telefoneaba a Varese a las nueve en punto y le contaba un cuento a su hija».
Rodari nos aclara que los cuentos son tan breves porque las llamadas telefónicas resultaban muy caras. Así que, si encontráis un relato más largo de lo habitual, es porque ese día las ventas habían ido bien y se permitía una llamada más larga.
Para terminar con nuestro homenaje a este gran pedagogo y escritor, maestro de maestros, os dejamos un relato extraído del libro “Cuentos por teléfono”:
“El país con el “des” delante Juanito Pierdedía era un gran viajero. Viaja que te viaja, llegó al país con el “des” delante.
– ¿Pero qué clase de país es éste? -preguntó a un ciudadano que tomaba el fresco bajo un árbol. El ciudadano, por toda respuesta, sacó del bolsillo una navaja y se la enseñó bien abierta sobre la palma de la mano.
– ¿Ve esto?
– Es una navaja.
– Se equivoca. Esto es una “desnavaja”, es decir, una navaja con el”des” delante. Sirve para hacer crecer los lápices cuando están desgastados, y es muy útil en los colegios.
– Magnífico -dijo Juanito-. ¿Qué más?
– Luego tenemos el “desperchero”.
– Querrá decir el perchero.
– De poco sirve un perchero si no se tiene un abrigo que colgarle. Con nuestro “desperchero” todo es distinto. No es necesario colgarle nada, ya está todo colgado. Si tiene necesidad de un abrigo, va allí y lo descuelga. El que necesita una chaqueta no tiene por qué ir a comprarla: va al desperchero y la descuelga. Hay el desperchero de verano y el de invierno, el de hombre y el de mujer. Así nos ahorramos mucho dinero.
– Una auténtica maravilla. ¿Qué más?
– Luego tenemos la máquina “desfotográfica”, que en lugar de hacer fotografías, hace caricaturas, y así nos reímos. Luego tenemos el “descañón”.
– ¡Brrrrr, qué miedo!
– ¡Qué va! El “descañón” es lo contrario al cañón, y sirve para deshacer la guerra.
– ¿Y cómo funciona?
– Es sencillísimo; puede manejarlo incluso un niño. Si hay guerra, tocamos la destrompeta, disparamos el descañón y la guerra queda deshecha rápidamente.
– Qué maravilla el país con el “des” delante.”
Si os ha gustado, os animamos a que sigáis leyendo más historias de este magnífico escritor. Ahora es un buen momento para hacerlo.