Pon, tití tapón, pon tití  un coco

pon tití tapón un coco al montón.
Pun puñico

las ovejas

a veinticinco

¿Qué oveja,

qué boteja?

Salte tú 

por la puerta vieja.


Y así, jugando, contando, narrando, Sandra se ganó a toda la chavalería que llegaba  a la biblioteca con muchísima ilusión de verla y escucharla. Las caras de atención, suspense, sorpresa y alegría lo decían todo. 

Es un privilegio haber podido contar con Sandra en esta semana tan especial, y  como profesorado hemos vuelto a reforzar la idea de la importancia de la oralidad en nuestros pequeños y lo necesario que sigue siendo el animar a que no se pierda  el juego  oral.

Como dice Pep Bruno (cuentista también), los cuentos los necesitan los niños igual que el comer, así que hoy Sandra nos ha alimentado con un gran banquete lleno de grandes y exquisitos platos. Hemos ido marchando de la biblioteca con los corazones más grandes y  la imaginación volando.

Muchas gracias Sandra por tu profesionalidad y buen hacer. Cuando alguien disfruta y le gusta tanto lo que hace, se siente, y ese es otro gran aprendizaje para nuestros niños. 

Infantil 3 años

Infantil 4 años

Infantil 5 años

Anterior Costa de la mano de los Titiriteros de Binéfar
Siguiente Judith Ballarín