Hace pocos días recibimos en las clases de primero y segundo de primaria la visita sorpresa de algunos profesores del Conservatorio.
Llegaron con sus violines, viola, violonchelos y contrabajo y después de un breve juego de identificación de músicas comenzaron a tocar un melodía muy conocida para los niños. Con los primeros acordes, un escalofrío recorrió mi cuerpo, escuché solo el sonido de los instrumentos, los niños silencio, sus bocas, sus ojos y sus oídos bien abiertos, disfrutando y saboreando este privilegio que nos brindaron esa mañana estos profesionales enamorados de la música y su enseñanza.
Fue un auténtico placer poder disfrutar de esta experiencia, tanto para los niños como para los maestros que pudimos estar en esas clases.
Esperamos que esta visita sorpresa no se quede aquí, sino que continúen visitándonos todos los años. Les seguiremos recibiendo con los ojos, los oídos y las bocas bien abiertas, porque eso es la música, una parte imprescindible para nuestras vidas.