El jueves los niños y niñas de tercero realizaron un taller con Ángela Zaragoza. Ella les enseñó cómo pinta con la boca. Pero eso no fue lo único que nos enseñó a las personas que pudimos disfrutar de ese taller. Nos mostró su sonrisa, sus ganas, su paciencia, su alegría por compartir momentos con todos nosotros. Es muy difícil de explicar las sensaciones que hubo en esas dos horas de clase, solo decir que las maestras que estuvimos allí aprendimos una gran lección de vida: menos quejas y más sonrisas. Mil gracias Ángela.
