Ganadores y Finalistas del Concurso de Microrrelatos

Siempre en aquel cajón, donde algún lector le elegía al azar. Esta vez él decidía. Le gustaban de lomo fino, colores alegres. A veces los prefería anchos, con cierto aire aristocrático, inundados de hojas donde perderse.

Un ruido. El extraño libro se movió un poco y, rechinaron las grapas que sujetaban sus páginas. Cayó al suelo, se abrió, se abalanzó con ilusión de formar parte de él…sería su marcapáginas.

Robi (Eva Mª Loscertales)

Habíamos pasado un verano estupendo: buceando en océanos y descubriendo tesoros. Habíamos acabado todos los libros de la cabaña. Pensábamos ir a por más; pero, antes de que nos hubiéramos decidido, en la cabaña apareció otra novela de aventuras. Abalanzándonos como leones, fuimos devorando las palabras. “Érase una vez” de primero, misterios de segundo y “Fin” de postre.

Vacías. Nos habíamos quedado vacías. Nos faltaba nuestra propia historia.

Ojo de nube (Carolina Azcona)

Una cosa del cielo cayó. Era un libro. Pablo lo abrió y lo absorbió.

Al lado tenía un lápiz y escribió algo, puso un punto y salió.

En cuanto salió, escondió el libro mágico en lo más profundo del armario. Un día, su padre lo encontró, lo abrió y le absorbió.  Pablo entró dentro, su padre puso un punto y desapareció. Pablo salió y su padre no estaba.

Rojo 80 y rojo (Rubén Solanas)

El ratoncito Pérez era muy hablador y de pronto apareció en un museo donde había muchos libros. Los libros eran tan bonitos que el ratoncito eligió uno y pensó que era un trozo de queso. Tan delicadamente como pudo agarró el libro entre sus dientes y se lo llevó.

                                                       El  monstruo rosa (Emma Escudero)

Paseaba por el bosque cuando lo vio. Se acercó, lo olió y…¡olía genial! Logró meter una de sus garras debajo de la cubierta y el libro se abrió. Entró. Una niña vestida de rojo le ofreció un pastel de manzana, jugó con unos cerditos muy simpáticos, trepó por la trenza de Rapunzel…Desde ese día, el lobo decidió quedarse a vivir en los cuentos para siempre.

                                                                       Los dragones fantásticos (Infantil 5 años A)

Logró meter una de sus garras por debajo de la cubierta y el libro se abrió. Se quedó muy tranquilo leyendo, mientras que todo lo de su alrededor desapareció para él…hasta que terminó el cuento.

Furiazul (Infantil 5 años B)

Escuché un ruido y miré hacia la polvorienta estantería. El extraño libro se movió un poco, y rechinaron las grapas que sujetaban sus páginas. La espiral de la tapa parecía girar.

Lo abrí. En sus líneas apareció alguien familiar. El relato de toda una vida…mi vida. Decidí seguir leyendo. Las últimas páginas me llevaron a una vieja biblioteca.

Escuché un ruido y miré hacia la polvorienta estantería…

                                                                                                                 Boira (Javier Usúa)

Soy Raquel y os contaré mi historia:

Mi amiga y yo vivíamos en una cabaña. Un día, estaba leyendo una novela de aventuras y, de repente, la novela nos absorbió, pero enseguida salimos. Íbamos a entrar; pero antes de que nos hubiéramos decidido, en la cabaña apareció otra novela de aventuras. Esta nos llevó a otra dimensión, pero de esta no salimos.

Y ahora, desde ahí, escribo todos los días.

La flor de Loto (Cristina Castells)

Estaba jugando con mi hermana a esconder un libro. ¡Era mágico! Mi hermana escondió el libro mágico en lo más profundo del armario. Si lo perdías tenías una maldición que era estar castigado toda la vida en el armario. Por eso, lo escondimos muy bien.

Yfantasía (Yago Bordas)

Érase una vez un lobo que era muy pillo. Le gustaba un libro, claro, para leerlo. Luego el lobo, tan delicadamente como pudo agarró el libro entre sus dientes y se lo llevó. Al final, el lobo leyó el libro y lo puso otra vez en su sitio, porque el lobo nunca quería robar.

                                                                                                                               Tierra (Saray Sánchez)